Productos Dorian Gray; la imagen
de algunos artículos que pese al tiempo, su imagen
de empaque no cambia.
En esta época moderna, digital y tecnológica, en la que basta un ordenador y una buena idea para
cambiar la imagen de cualquier producto, algunos artículos de uso cotidiano mantienen una presentación en el mercado como unos clásicos
por los que el tiempo se detuvo.
Nuestra época es digital,
una era en la que se usan teléfonos inteligentes, un tiempo en el que los
escaparates de las tiendas son interactivos, la publicidad es electrónica, las
pantallas de las televisiones son tridimensionales o Touch, las
paradas de autobuses y los lugares dedicados a publicidad son luminosos,
supersónicos y altamente atractivos, en medio de toda esta modernidad, existen perdidos en los anaqueles de los
almacenes, tiendas de autoservicio, o "tienditas" de la esquina,
algunos productos que lucen una imágen de empaque, que conserva las
características de una época pasada, de los tiempos de los abuelos, o de la
"época de la canicas", como se dice por ahí.
Así, pese a todas las
posibilidades para realizar publicidad atractiva para un mundo moderno, algunos
productos nos sorprenden por su imagen que claramente denota un estilo viejo
por sus adornos rebuscados, churriguerescos, garigoleados, o elegantes y sobrios, con rostros de mujeres
y niños de los 50s, hombres que usan sombrero, o dibujos sencillos, poco
coloridos, siluetas a una tinta o logos que evocan a la realeza con la
intención de dar una imagen distinguida.
Tal vez este
rechazo al cambio de imagen publicitaria se deba a que varios de estos
artículos son producidos por empresas pequeñas muy viejas que se han mantenido
y se han vuelto imprescindibles entre la población, por lo que no requieren una
imágen que atrape consumidores. Otros, tal vez son clásicos que si cambiaran,
sería contraproducente, pues su imagen de mucho tiempo es sostén de sus ventas,
es decir, son productos que llevan en el mercado mucho tiempo y están tán
acreditados que la gente los reconoce y tal vez si cambiaran, la gente pensaría
en cambiar, pero de producto.
"Toma
el llavero abuelita y enséñame tu producto"
Un ejemplo muy
claro de esos productos es el de los pasadores de la cajita verde, el pasador
"Amita" que describe la caja en uno de sus lados: es un
"producto para damas".
En la imágen se
aprecia un rostro de mujer con estilo de los 50s y el diseño del empaque
realmente se mira viejo. Con el diseño de este producto, se puede uno imaginar
una época en la cual las mujeres no salían a la calle sin el cabello
cuidadosamente recogido.
Las agujas
"Princess Victoria", en su enigmático empaque color negro destaca una pequeña impresión que parece
trabajado a amanera del antiguo grabado.
Y cómo no
identificar el clásico jabón de tocador "Rosa Venus" que antes de
toda la variedad de sabores y colores con sus recetas secretas y sanadoras, y
con efectos relajantes que existen hoy en el mercado, este jabón era el
preferido en los hogares, con su rosa como icono daba una imagen de tersura y
suavidad. Hoy se relaciona más con la visita a algún hotel de paso como el "jabón
chiquito" que proporcionan para aseo en esos lugares.
Hablando de
jabones, otro que se ha mantenido con misma imagen es el "Jardines de
California"; esta envoltura denota un aspecto "retro", con
colores llamativos, podría decirse que hasta Art Deco.
Dejando a un lado
los jabones para el aseo personal, los que se utilizan para la ropa son otros
de los que pocos cambios han tenido. No puede faltar el famoso y clásico
"Jabón Roma", con su chica de trenzas, conservando una imágen rural,
de una mujer lavando en una tina, a la manera antigua.
No podemos dejar a
un lado al jabón "Blanca Nieves", con su Serafín lavando trastes. Y
¿Quien puede olvidar al detergente "Foca", con su tierna fotografía
que a los niños tanto atrae?
También el jabón
"Zote", es otro de los que casi no han sufrido cambios. Letras
simples con su nombre abarcando todo el espacio de la cara rectangular.
Dejando a un lado,
los jabones, y revisando la despensa podemos encontrar el clásico
"Royal", especialista en esponjar las masas, aparece con su
característica roja imágen en la memoria de todos los que hemos visto a
nuestras abuelas o madres hornear algún pan.
Y si de harinas se
trata no puede quedarse fuera la clásica harina de arroz "Tres
Estrellas", que sigue presumiendo su lindo bebé chapado a la antigua,
luciendo muy similar a la imágen de la mujer de los pasadores, de hecho podría
pasar por su hijo.
La salsa "Valentina" conserva su margen sencilla, con su bailarina etiqueta amarilla o negra para la muy picosa; permanece esta salsa en la preferencia de las personas, aunque ya tenga competencia.
¿Quién
no reconoce la imagen del Knorr Suiza con su caja amarillo pollo y la silueta
de pollo regordete al lado para enfatizar el asunto? Y hablando de plumíferos
¿Cómo no nombrar a la paloma que caracteriza
el emblema de la sal "La Fina".
En
cervezas, la "Victoria" ha conservado su imagen de botella desde hace
mucho tiempo. Un rey que brinda por las victorias conseguidas, en colores
amarillos y blancos que resaltan ante el café de la botella obscura.
Hablando de "vicios", como dicen por ahí, hay en la industria
cigarrera un interesante caso: los famosos "Faros" o
"Faritos" como les dicen quienes les han tomado cariño. Estos
cigarros, a pesar de haber cambiado sus cajetillas por unas de metal y agregar
variedad de sabores a sus tabacos, prevalece la clásica cajita colorida de
papel con un hombre que lleva un sombrero y fuma mientras observa un faro. Esta
cajetilla es una de las imágenes más bonitas por su diseño y colores.
También
los "Delicados" o "Delincuentes", como son conocidos en el
"bajo mundo", se mantienen en el gusto de las personas fumadoras, con
su imagen simple de un escudo principesco y letras mano escritas sobre un fondo
blanco.
Y no se pueden olvidar en esta lista los cigarros Raleigh, que permanecen con un diseño sencillo, pero elegante, continua en la cajetilla la imágen de Sir Walter Raleigh, quien fue marino, pirata, corsario, escritor político inglés y popularizó el tabaco en Europa, contemplando el tiempo pasar sin envejecer.
Los cerillos Clásicos, son un clásico si hablamos de productos con imágenes que pueden llamar nuestra atención por su diseño, y además porque anteriormente incluían imágenes para recortar y colecionar en la parte de atrás de la caja. Ah, y en cerillos también recordemos los Tasliman que en su pequeña caja, destinaba un espacio a la descripción de un signo del zodiaco, y brindaba al consumidor lo que el futuro le deparaba.
Los cerillos Clásicos, son un clásico si hablamos de productos con imágenes que pueden llamar nuestra atención por su diseño, y además porque anteriormente incluían imágenes para recortar y colecionar en la parte de atrás de la caja. Ah, y en cerillos también recordemos los Tasliman que en su pequeña caja, destinaba un espacio a la descripción de un signo del zodiaco, y brindaba al consumidor lo que el futuro le deparaba.
En fin, hay muchos
ejemplos de productos que parecen sacados del ropero de la abuela. Y, no es una
critica mala, el objetivo de enumerarlas es resaltar la importancia de su
permanencia intacta en el tiempo, destacar que observando las pequeñas cosas,
se puede conocer la historia de grandes eventos, momentos, sociedades, modus
vivendis o inventos que marcaron una
época.
Hoy,
los publicistas, comunicadores gráficos, mercadologos etc., generan para los
productos que se ofertan, una imagen moderna, casi todo realizado en programas
complejos de computadoras. Tal vez en algunos años, alguien más escriba sobre
éstos mismos que hoy son iconos de modernidad y que con el paso del tiempo se
volvieron unos clásicos, viejos, curiosos, bellos e imprescindibles en la vida
cotidiana.
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